Más vale que digan aquí corrió, que aquí murió

El refrán “más vale que digan aquí corrió que aquí murió” es una invitación a ser cautelosos cuando nos enfrentamos a un riesgo, es decir, siempre será mejor analizar la situación y buscar el mejor momento para asegurar el triunfo o bien, el menor daño posible.

Si bien, en una primera lectura podría pensarse que habla de la cobardía, a mí me gusta pensar que habla de la estrategia.

Y es que muchos van por la vida con el lema de “más vale malo conocido, que bueno por conocer” mientras que hay otros que se “avientan como el borras” y a veces es difícil encontrar el punto justo.

En este blog voy a hablar de los riesgos y cómo enfrentarlos sin morir en el intento.

Empecemos.

 ¿Qué es un riesgo?

Un riesgo es algo incierto, es decir, que tiene la posibilidad de que suceda o no suceda. Así de simple.

Sin embargo, la palabra riesgo para la mayoría de nosotros tiene un sentido de negativo a catastrófico, tal vez originado por la definición de la RAE que nos dice que es “contingencia o proximidad de un daño”.

Alejandro Sanz dice que vivir es lo más peligroso que tiene la vida, y esta frase viene al caso pues todo en la vida es un riesgo, al no saber el futuro, todo puede suceder o no suceder.

¿Entonces porqué tanto miedo a los riesgos? ¿Porqué preferimos decir aquí corrió que aquí murió?

Entre evitar riesgos y la fantasía del control

¿Cuándo piensas en el futuro qué sentimiento experimentas: ansiedad o emoción?

Si tu respuesta fue ansiedad, déjame decirte que no estás solo(a).

Los ansiosos cuando pensamos en el futuro o en lo incierto, siempre le ponemos un halo de desgracia, lo cual nos provoca angustia y miedo.

En nuestro afán de protegernos, es probable irnos al otro extremo y anhelar tener todo bajo control, lo cual solo nos genera más ansiedad.

Querido ansioso, te tengo noticias: El futuro, puede traer riesgos y oportunidades, y no hay nada que podamos hacer para controlarlo.

Sin embargo, no todo está perdido, no todo es aquí corrió que aquí murió, si nos preparamos podremos tomar ventaja de cualquier situación que se nos presente, ya sea buena o mala.

Cómo correr riesgos sin morir en el intento

Tenemos 4 opciones para responder en caso de que un riesgo suceda: Evitar, transferir, aminorar y maximizar.

Antes de explicarte cada una de ellas, quiero recordarte que los riesgos o la incertidumbre pueden tener efectos positivos o negativos.

El objetivo de correr riesgos es que cuando se presente un escenario negativo podamos reducir el daño, y cuando se presente un escenario positivo podamos sacarle el mayor provecho posible.

Veamos primero las estrategias para las situaciones negativas.

#1. Transferencia

Ejemplo: Tu casa se puede inundar, por eso compras un seguro contra daños por inundación.

Explicación: En caso de que el escenario negativo se presente (tu casa se inunde) estás transfiriendo el riesgo al seguro quien cubrirá el costo de la reparación de tu casa y muebles.

#2. Evitar

Ejemplo: Un amigo quiere vender su automóvil y te lo ofrece a un precio muy barato, tu plan sería usarlo por lo menos 3 años. Haces un análisis del costo de gasolina, impuestos y mantenimiento que va a necesitar el auto y al final decides no comprar el carro pues el riesgo de descompostura es muy grande.

Este es el genuino, más vale que digan aquí corrió, que aquí murió, y como puedes ver, no se trata de cobardía, sino de estrategia.  El costo de mantener el auto en buenas condiciones, más la pérdida de tiempo de llevarlo al taller mecánico, es muy alto, por eso tú prefieres evitas el riesgo al no comprar el auto.

#3. Aminorar

Ejemplo: Tienes que entregar un diseño nuevo al cliente, le presentas un boceto en papel y el cliente lo acepta, sin embargo, hay el riesgo que al final al cliente no le guste, pues nunca es lo mismo papel que la vida real.

Para aminorar este riesgo haces un calendario para mostrar al cliente los avances de producción y confirmar que el cliente sigue aceptando el producto, o en su defecto hacer arreglos, de esta forma tendrás un costo menor que si esperas al final y al cliente no le gusta y asegurarás la satisfacción del cliente, lo que te puede dar otro pedido en el futuro.

Ahora viene la estrategia para las situaciones positivas.

#4. Maximizar

Vendes refacciones y tienes un cliente nuevo quien te ha hecho un pedido de prueba. Descubres que una de sus máquinas ABC esta próxima a recibir mantenimiento. Compras refacciones de la máquina ABC y las incluyes en las ofertas del mes.

En caso de que el escenario positivo se presente (que tu cliente necesite refacciones para la maquina ABC) estás maximizando la oportunidad de surtir las refacciones en corto tiempo y así incrementar la satisfacción del cliente y tus ventas.

Tal vez estos ejemplos te parezcan muy simples, pero lo que quiero decir es que todos los días vivimos y manejamos los riesgos y las oportunidades.

Es solo en ciertas épocas (como en épocas de covid-19) donde parece que todo es malo, lo que nos causa mayor ansiedad y nos olvidamos de enfocarnos en las estrategias para disminuir efectos negativos y de plano de las oportunidades ni hablamos.

Antes hablamos de como salir adelante en tiempos de crisis, ahora hablaremos de los riesgos.

5 pasos para correr riesgos

Es importante analizar los riesgos tanto en nuestra vida personal como profesional. De esta forma podremos reaccionar de forma rápida.

Esto se hace siguiendo estos 5 sencillos pasos.

Paso 1. Identifica posibles riesgos y oportunidades

Esto ya lo haces todos los días cuando te abrochas el cinturón de seguridad en tu carro, o cuando pagas el seguro del mismo.

Ahora piensa en cualquier objetivo que tengas en mente. ¿Qué cosas podrían cambiar en el futuro que te impacten, ya sea para bien o para mal?

Paso 2. Haz una estimación de la probabilidad de que ocurra

Ya sabemos que en futuro todo es posible, pero pensamos fríamente, hay algunas cosas que son más probables que otras. Vamos a revisar la lista del Paso 1 y completaremos con una valoración de alto, medio y bajo.

Paso 3. Haz una estimación del costo o ganancia adicional en caso de que ocurra

Tienes que hacer un pronóstico del costo adicional que tendría para ti si cada uno de esos riesgos se hiciera realidad, así como el beneficio que tendría para ti en el caso de las oportunidades.

El objetivo de saber el posible costo es tener un fondo de ahorro que usarás solo en el caso de que algunos de esos riesgos se haga realidad.

Paso 4. Asigna prioridades y planea respuesta

Este paso es el más importante, como vimos anteriormente tenemos 4 opciones de respuesta en el caso de que un riesgo suceda:

Evitar, transferir, aminorar y maximizar. Te toca decidir que respuesta darás a cada riesgo.

Paso 5. Monitorea los riesgos y oportunidades

En la vida lo único constante es el cambio.

Un riesgo que en este momento parezca insignificante, puede ser muy grande después, por lo tanto, conviene que leas la lista de los riesgos y la actualices, recuerda que el fin último de esta lista es que la vida no te encuentre desprevenido y puedas actuar de forma rápida.

Últimas palabras

Imagínate ver la película de tu vida, después de haber leído el libro y que ya te sabes el final. Concluyo diciendo que nadie puede saber el futuro, y esto hace que la vida sea emocionante.

Es claro que hay una diferencia entre emoción y ansiedad, y para olvidarnos de la ansiedad de “más vale que digan aquí corrió que aquí murió” propongo que hagas tu lista de riesgos y pienses en posibles respuestas.

De esta forma, los riesgos lejos de ser un impedimento en tu vida serán las muletas que te sostengan en casos negativos o motor que te impulse en los casos positivos.