Aprende a equivocarte correctamente

Equivocarte puede ser una de las peores experiencias de la vida.

Decir “Me equivoque” “Fue mi error” nunca pasa… y no porque seamos soberbios, sino porque en nuestro vocabulario es más fácil decir cosas como:

  • ¡Soy un(a) idiota!
  • Soy un(a) pend&%$
  • Solo a mí se me ocurre semejante pend$%&#

Que en el contexto significan lo mismo y nunca nadie quiere estar en dicha posición.

Dice el refrán que:

“es de humanos equivocarse”

¿Entonces por qué el pánico y la negación contra cometer errores?

Ya hablé de la parálisis por falta de dinero, pero a veces la mínima posibilidad de equivocarnos nos entorpece más.

La alergia a equivocarte

La alergia al polen y la alergia al gluten son muy comunes y aunque hay muchas alergias, sin duda la alergia a equivocarte es casi una pandemia mundial.

Goethe dijo que:

El único humano que no se equivoca es el que nunca hace nada

¿Por qué sentimos un odio inmenso contra el error? ¿Por qué nos da tanta vergüenza que alguien más se entere de que cometimos un error?

A continuación, describo las actitudes que desde mi punto de vista son el origen de nuestra vergüenza por equivocarnos.

3 motivos de la vergüenza de equivocarte

#1. No nos enseñan a experimentar

En México, tenemos una cultura que evita a toda costa todo aquello que no es seguro o conocido.

Y no es de a gratis, todos sabemos que la situación está muy difícil en México. Si… pero no.

Una cosa es la inseguridad y el riesgo real de caer en fraudes, pero no estoy hablando de eso, aunque es muy fácil confundirnos.

Estoy hablando de:

  • ir a lugares nuevos
  • practicar formalmente varios deportes (y no solo futbol).
  • cocinar y crear tus propias recetas
  • aprender artes u oficios y hacer tus creaciones cosas con tus manos.

No es cuestión de dinero, hoy en día en internet puedes encontrar muchos cursos gratis de casi todo.

Haz memoria, y contesta estas preguntas solo para ti:

  • ¿cuándo fue la última vez que pensaste en experimentar algo?
  • Cuando has sentido ganas de experimentar y lo has hecho ¿qué resultado obtuviste? ¿Cómo te sentiste?
Aprende a experimentar cosas nuevas

#2. Miedo a ser la burla de todos

Con memes o en la vida real, a nadie le gusta ser el motivo del divertimiento de los demás.

En México el que se ríe, se lleva y el que se lleva se aguanta. Entonces no estoy hablando aquí del bullying que aqueja a algunos adolescentes (principalmente) y que en casos extremos los puede llevar al suicidio.

Estoy hablando de la burla franca, abierta y divertida que todos hacemos de todos por todo. Si eres mexicano o has vivido en México, no te has escapado.

Y aunque esta situación es perfectamente “normal” no significa que sea “correcta”.

En México, el que se ríe se lleva…

Si bien no nos afecta al grado de querer cometer suicidio, si nos impacta porque muy dentro de nuestro ser tenemos miedo de “hacer el oso” y con esto nos limitamos a hacer solo aquello que sabemos hacer bien.

Peor aún, si hacemos un “perro oso en la oficina”, sabemos que alguien seguro va a gritonear y dar manazos en la mesa como símbolo de “protesta o malestar” ante tal situación, como todos sabemos gritar no soluciona nada, pero nadie quiere “ser gritoneado” (aquí me apunto yo).

#3. El “qué dirán”

Parece que la opinión que tengan los demás de nosotros es más importante que la opinión que tengamos nosotros de nosotros mismos.

Esto lo aprendimos de forma muy sutil cuando éramos niños. Recuerdo que mi abuelita me decía: “Vístete bien, sino que va a decir la gente”, “Come bien, sino que va a decir la gente” supongo que no estoy sola aquí.

Hoy en día me queda claro que la gente que no tiene vida, siempre tendrá una opinión de la vida de los demás.

Por otro lado, la gente que esta ocupada haciendo algo con sus vidas, siempre te va apoyar cuando te equivocas (que eso no significa que te va a aplaudir sino lo amerita).

Y aquí estamos nosotros, paralizador por el temor de equivocarnos por el qué dirán.

¿Qué dirá la gente si yo…?

La fobia a equivocarte

Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasa, sino por el número de veces que tienen éxito.

Esto lo dijo Thomas Alva Edison quien también dijo “No me he equivocado. Solo encontré 10,000 formas que no funcionan”.

Pero dejemos el romanticismo y pongámonos reales, nadie quiere estar en el quirófano y descubrir que nuestro cirujano descubrió en nosotros la forma 10,001 de operarnos que no funciona, ¿cierto?

¿Entonces? ¿En qué quedamos: es bueno o no equivocarnos?

5 pasos para equivocarte correctamente.

#1. Haz un diagnóstico de la situación.

Haz dos tipos de situaciones

Creación: Ya sea que estamos inventando un producto nuevo, creando un negocio, inventando una receta de cocina o simplemente estas aprendiendo a manejar esta bien equivocarse, pues esta es la única forma de aprender.

Ejecución: Cuando estás haciendo algo que ya fue probado y te fue enseñado, entonces no hay margen de error. Regresemos al ejemplo del cirujano, ya estudió sobre el cuerpo humano, la enfermedad que está operando, los instrumentos que está utilizando, aquí no hay margen de error.

Si estás en tu trabajo siguiendo un procedimiento de ventas o producción o lo que sea, que ha sido ejecutado muchas veces por varias personas, no hay margen de error.

Debes reconocer que terreno estas pisando, ya sea uno de creación o uno de ejecución, y siéntete con la libertad y confianza de saber como actuar.

No se puede tapar el sol con un dedo.

#2. Reconoce el error

No importa en que escenario te encuentres (creación o ejecución), cuando aparezca el error debes reconocerlo.

No se trata de “repartir culpas” o sacar tu “repertorio de excusas” estamos hablando de buscar la causa raíz.

Se trata de despertar al Sherlock Holmes que vive dentro de ti y ponerlo a trabajar hasta encontrar que causó el error.

El buscar la causa raíz en la etapa de creación te hará consciente de una de las 10,000 formas en que algo no trabaja. 

Si estás en la etapa de ejecución, te ayudará a descubrir las variables que cuando se combinan dan un mal resultado. Un procedimiento por más probado que este, nunca se ejecuta de la misma manera, por lo tanto, siempre se puede mejorar.

#3. Aprende del error

Obviamente, una vez que conoces la causa raíz del punto anterior, ahora debes enfocar toda tu atención y energía en eliminar la posibilidad de que ese error se repita.

Y no estoy hablando de la mamá que le dice a su hijo “bájate de ahí que te vas a caer”.

Estoy hablando de cuando te das cuenta que saltarte un paso no te ahorra tiempo, sino te crea problemas. El “ahorita lo hago rápido” casi nunca funciona.

O cuando te das cuenta que comprar barato puede salirte caro si lo que compraste no tiene la calidad requerida, no importa si estamos hablando de materia prima para el área de producción o zapatos para ti.

4#. Reconoce tu fortaleza

Cuando las cosas no salen como tú lo esperabas, no importando que estuvieras en modo creación o ejecución, te obligan a resolver rápidamente, investigar que pasó y cómo solucionar tal situación.

Te obliga a ponerte tu traje de súper héroe y salvar al mundo (o por lo menos la parte del mundo que te corresponde).

El salir de tu zona de confort te enseñará cosas de ti mismo que no sabías que eras capaz de hacer.

¿Recuerdas el sentimiento cuando empezabas a manejar? ¿Tu primer día en la oficina? ¿O aquella primera cita con la que ahora es tu esposa? Por decir algo.

¿Sabes cuáles son tus súper poderes?

5#. Comparte tu experiencia

El viejo refrán dice que “Nadie aprende en cabeza ajena”

Sin embargo, cuando la gente nos comparte las cosas que han hecho y que han salido mal, nos sirve como referencia para evitarlas.

Un ejemplo muy claro son las recomendaciones y comentarios en internet, ya sea que estemos pensando en reservar un hotel o comprar un carro nuevo, los comentarios de otros usuarios nos sirven de experiencia para no cometer los mismos errores.

Entonces, ya sea en la oficina, aprendiendo un idioma o asando carne, cuando cometes un error y lo compartes estas ayudando a que otros no pasen por la misma situación.

Comparte tu experiencia.

Últimas palabras

El cometer errores es parte de la condición humana, pero reconocer y enmendar nuestros errores nos acerca a lo divino.

Cada vez que sientas miedo de equivocarte recuerda que, no puedes dejar de vivir por miedo a morir.

Aprende a equivocarte, una vez aprendida la lección, te equivocarás más fácilmente, el truco es no parar hasta que hayas triunfado.