Cómo sacarle jugo a la vida cuando eres la “esposa expatriada”

¿Qué es una esposa expatriada?

En primer lugar vamos a definir que es una esposa expatriada: Es una mujer que vive en el extranjero y su situación legal “depende” de la visa de su esposo(a).

Escenario 1.

Conoces a tu media naranja y es extranjero(a)…

No importa, el amor lo puede todo.

– Piensas tú

Y esto es cierto, pero llega el día en que tienen que decidir en qué país quieren vivir, y después de ver los pros y los contras de vivir en tu país o en su país… resulta ganadora la opción de vivir en “su país”.

Escenario 2.

Tengo otra variante, en mi caso los dos somos mexicanos, pero un día mi esposo recibió una propuesta de trabajo en el extranjero, lo cual implicaba que yo debía renunciar a mi trabajo, cosa que yo acepte sin ningún problema. Y los dos nos mudamos al otro país.

No importa, allá me conseguiré otro trabajo

– Piensas tú

En ambos escenarios, tú empacas tu vida en una maleta (bueno tal vez dos) y te lanzas a la aventura de vivir en otro país como la esposa expatriada.

Ser la esposa expatriada: Arma de dos filos

Y como todo en la vida, ser la esposa expatriada viene con cosas buenas y malas, y ninguna de ellas es opcional.

Lo que es opcional es nuestra actitud hacia ellas de forma que podamos sacarle la mayor ventaja a esta nueva etapa en nuestras vidas.

Al mal tiempo darle prisa, así que empecemos con la parte negativa.

4 puntos negativos de ser la esposa expatriada

#1. Dificultad para conseguir trabajo en el extranjero

Conseguir trabajo es un trabajo de tiempo completo estando en nuestro país de origen, a esto debemos sumarle cosas como: Idioma, visas y permisos de trabajo, validación de tus estudios/carrera y la cereza en el pastel es la falta de red de contactos o networking.

Todo esto hace que un alto porcentaje de “esposas expatriadas” no encuentran trabajo, o al menos no en su ramo.

#2. Crisis de identidad

En cualquiera de los dos escenarios, asumo que eras una mujer independiente, que tenías una familia, carrera, amigos y un sinfín de ocupaciones.

Y cuando te mudas al extranjero, de la nada, te das cuenta que en el mejor de los casos solo tienes tu familia política, ya no tienes trabajo por lo tanto no tienes carrera, tus mejores amigos están disponibles “a veces” en Facebook o Instagram, y los nuevos amigos en el mejor de los casos, son buena onda, pero no es lo mismo, en pocas palabras no sabes quién eres tú, ni que haces ahí.

#3. Falta de un propósito de vida.

Seguramente toda la vida te la pasaste con un guion predeterminado, la prepa, la universidad, titularse, conseguir trabajo, trabajar duro, conseguir una promoción… y ahora no tienes nada.

Ser madre es una experiencia maravillosa, pero cuidar de los hijos es el propósito de la maternidad no de tu vida completa.

Peor aún si ni siquiera tienes hijos.

Entonces te encuentras lejos de tu familia, tu país, tu cultura, sin trabajo y sin un propósito de vida que te haga saltar de la cama por las mañanas.

#4. Tu ansiedad y tu familia.

Ves con mucho orgullo que tu esposo crece en el ambiente laboral, trabaja mucho (y a veces largas jornadas) y en general está ocupado haciendo cosas importantes y productivas.

Ves a tus amigos, familiares y ex-compañeros de trabajo todos obteniendo promociones y mejores trabajos.

Mientras para ti, tu más grande logro del día fue comprar la lista del supermercado, lo que ya en sí es muchas veces titánico, pero poco presumible.

Y entonces te preguntas si tomaste la decisión correcta al renunciar a tu vida, y empiezas a creer que lo mejor es regresarte a tu país.

Ya sea que tengas hijos o no, tu ansiedad afectará a tu familia tarde o temprano.

Antes de regresarte, sigue leyendo.

Como dije anteriormente, todo tiene un lado bueno y uno malo. Ya expliqué los 4 puntos negativos, ahora vamos a ver cómo sí podemos tener una vida plena siendo “la esposa expatriada”.

8 pasos para sacarle jugo a la vida cuando somos la esposa expatriada

#1. No seas la víctima

Recuerda cuales fueron los motivos por los que decidieron (tú y tu media naranja) mudarse a vivir al extranjero.

Acepta tu realidad, aunque en este momento no estés viviendo “tú sueño dorado” es una etapa de transición, no una condena de por vida.

Haz un plan para llegar a “tu sueño dorado” y empieza a trabajar en dicho plan. Ya sé, los trámites de visas y validación de carrera son una pesadilla… que le vamos a hacer.

Ser “ama de casa” no suena nada rimbombante (especialmente para la cultura machista mexicana), pero es un trabajo difícil y muy importante para el bienestar psicológico de tu familia, asume con orgullo el papel que esto representa. En mi caso aprendí a cocinar, y para mi sorpresa a veces (dije a veces) hasta a mí me gusta lo que cocino.

#2. Aprende a estar sola

Aunque tengas hijos, te vas a sentir sola.

Tu esposo saldrá por la mañana y no lo verás sino hasta el final del día.

A esto hay que sumar que vives en otro país donde no conoces a nadie y muy posiblemente no conozcas la cultura.

Y esto hará que te sientas “todavía más sola” y eso es normal.

Aprovecha este tiempo para estar contigo.

No tienes que llenar las expectativas de nadie. No tienes que seguir las reglas de nadie. No tienes que ir a fiestas de nadie. No tienes que correr para llegar a tiempo a ningún lugar.

Aprende a hacerte compañía.

Sal a caminar tú sola. Visita museos tú sola. Ve a un tour tú sola. Ve al cine tú sola. Ve a comer a un restaurante tú sola.

Confieso que he hecho todas estas actividades sola y muchas veces no está padre, pero no es mortal. Doy fe de ello. Esto es como un pequeño paso para la humanidad, pero un gran paso para ti.

Como esposa expatriada aprende a estar sola*. (*Los zapatos de tacón son opcionales).

#3. Haz amigos nuevos

La soledad es mala consejera y cuando vives en el extranjero es peor.

Hacer amigos nuevos no es tan fácil, pero tampoco es imposible.

En primer lugar, debemos estar conscientes de que nadie va a llegar a nuestra puerta a preguntarnos “¿quieres ser mi amiga?” aquí depende 100% de que busques actividades que te den oportunidad de empezar a conocer gente.

Empieza por unirte a grupos de cosas que a ti te gustan, por ejemplo: Si te gusta hacer yoga, investiga donde dan clases de yoga. Si te gusta cocinar, investiga donde dan clases de repostería… ya tienes la idea.

Tener un grupo de “conocidos” hará que tu experiencia de vivir en el extranjero cambie radicalmente, no solo a nivel personal, sino también profesional, después de todo el mundo es un pañuelo.

#4. Nuevo país = Nueva carrera = Nueva tú

Esta es la ventaja más importante de “ser esposa expatriada”, ahora tienes tiempo para hacer todas esas cosas que no habías tenido tiempo de hacer antes.

Busca esa pasión o pasatiempo que siempre habías postergado por falta de tiempo, ahora es cuando.

Incluso puedes iniciar una carrera nueva, ya sea por internet o en cursos presenciales, puedes tomar cursos ya sea para actualizarte en tu profesión, validar tus estudios en el extranjero, cambiar de carrera, o por el simple gusto de aprender algo nuevo.

Re-inventarte es la mayor ventaja de ser esposa expatriada.

#5. Conoce la cultura y el idioma local

Conocer el idioma te ayudará mucho, pero, aun así, habrá cosas que no entenderás si no conoces también la cultura.

Este punto es un poco obvio, pero no puedo dejar de comentarlo.

Piensa en un español que llega a vivir a México ¿Habla español, cierto? Pero aún así le falta el componente cultural para entender porque los mexicanos nos reímos cuando dice que quiere coger “algo”.

Lee libros de autores locales, ve películas o series de TV donde describan hechos históricos que te ayuden a entender el contexto y la cultura.

Y mi consejo favorito: Busca youtubers y blogueros que hablen de la cultura del país donde ahora vives.

#6. Haz que tu casa tenga calor de hogar.

Si bien en cierto que cuando te vas a otro país lo lógico es que todo sea diferente, en el fondo, buscamos tener un poco de paz y sentirnos como en casa.

Arregla tu casa de forma que tenga un genuino calor de hogar. Si tienes hijos pequeños, asegúrate de que sus muñecos o juguetes preferidos viajen con ustedes.

En mi caso yo viajo con mis tazas preferidas para tomar café, algunas han viajado conmigo los últimos 10 años, es un pequeño detalle, pero me hace sentir como en casa.

#7. Mantén tu mente abierta

Verás cosas que jamás verás en tu país de origen para bien y para mal. Tendrás la oportunidad de conocer a muchas personas de muchas partes del mundo.

Te harán preguntas sobre tu cultura y tu país que están totalmente fuera de lugar.

Por ejemplo, yo conocí a una persona de China, cuando le dije que era de México me dijo súper emocionado

– ¡Ah sí! Conozco a Antonio Banderas y la película de El Mariachi

Sentí ganas de darle un coscorrón, luego me acordé que no había visto esa película, no tengo idea de ningún actor chino ni de ninguna película china tampoco, entonces solo sonreí y le dije:

– Si exacto, bueno Antonio Banderas es español pero los mariachis si son mexicanos.

Y esto es lo padre de vivir en un ambiente nuevo, donde tú puedes aprender de todas las personas que conozcas, pero donde también tú puedes enseñar a otros.

#8.  Aprenderás nuevas habilidades

Quieras o no, vivas feliz o infeliz, al paso del tiempo la experiencia de vivir en el extranjero te dará nuevas habilidades.

La más obvia es el idioma, ya sea porque lo perfeccionaste o lo aprendiste desde cero, pero también te dará otras habilidades como adaptabilidad, competencia intercultural, red de contactos y roce social y hasta un poco de seguridad en ti misma.

Todas estás habilidades, las podrás explotar de forma personal y profesional estés donde estés.

Ya sea porque regresas a tu país o sigas viviendo y trabajando en otras partes el mundo.

Conclusión

Dejar la carrera profesional que tienes en tu país no es sinónimo de dejar tu vida.

Todo lo contrario, es una oportunidad para emprender nuevas facetas tanto en tu vida personal como profesional.

Si bien es cierto que el no tener un trabajo nos pega muy duro en la autoestima, nos genera una crisis de identidad, que después avanza como falta de propósito de vida y hace que se genere una ansiedad o depresión que sino la sabemos controlar nos llevará en picada como una gran avalancha de nieve.

También es cierto que nos ofrece el tiempo para pensar que queremos hacer con nuestra vida, saliendo de la rutina de correr de una actividad a la otra “en piloto automático”.

Ahora, tenemos la oportunidad de aprender nuevas habilidades que nos servirán tanto en nuestra vida personal como profesional en el futuro a corto plazo.

Y para lograrlo aquí repasamos los 8 pasos que empiezan con dejar de hacernos las víctimas.

Últimas palabras

Espero que esta información te sirva de inspiración si tú como yo eres una esposa expatriada, y si conoces a alguien que le pueda servir, re-envíale el post.

Sé también que hay diferentes tipos de personalidades, en mi caso, yo soy muy flexible y aventurera, pero sé que hay personas que eso del cambio les cuesta más trabajo.

Si tú eres una de ellas y sientes que lo que escribí aquí está muy fuera de lugar me gustaría que te pusieran en contacto conmigo y juntas poder encontrar otras opciones para sacarle ventaja a esta experiencia de vida.